La sordera no es la causa de problemas cognitivos y conductuales


Recientemente, investigadores de la Universidad de Connecticut y de la Universidad de California en Merced (ambas en Estados Unidos), han publicado una investigación que demuestra que algunos problemas de comportamiento que tradicionalmente se han asociado a la sordera, en realidad pueden tener su causa en una privación del lenguaje. Para ello, han estudiado a niños/as sordos/as de familias sordas que utilizaban la lengua de signos y observaron que no hay diferencias significativas en las funciones ejecutivas (funciones cognitivas que se pueden manifestar en forma de problemas conductuales) respecto a los niños/as oyentes.

¿Qué son las funciones ejecutivas?

A menudo se ha descrito a los/as niños/as sordos/as como impulsivos o con problemas de comportamiento. Si eres docente y trabajas con niños/as sordos, quizá te hayas encontrado en alguna de estas situaciones:

  1. Vais a hacer figuras con papel, por ejemplo, un avión o una rana (papiroflexia). Le enseñas a hacerlo y cuando lo hace el/la niño/a sordo/a se equivoca en alguno de los pasos. Le corriges pero se enfada.
  2. Le cuesta cambiar de tarea y quiere seguir con la que estaba haciendo, por ejemplo, cambiar de una tarea a otra o volver del recreo.
  3. Sabes que tu alumno/a sordo/a es muy inteligente, pero nunca hace los deberes en casa. A menudo dice que se le olvida, piensas que son excusas y que en realidad "es un vago".

Estas situaciones pueden estar relacionadas con la funciones ejecutivas que son habilidades cognitivas reguladas por el lóbulo frontal del cerebro. Estas funciones están presentes desde el primer año de vida, tiene su máximo desarrollo entre los seis y ocho años de edad (Pineda et al. 2000) y madura en la etapa adulta. Algunas de estas funciones son:

  • Planificación: capacidad para seguir un plan, para elaborar una secuencia de acciones o planificar el pensamiento para elaborar un argumento.
  • Flexibilidad: capacidad para responder adecuadamente a cambios y para realizar varias tareas simultáneamente.
  • Memoria de trabajo: capacidad para recordar tareas o los pasos para completar un objetivo.
  • Monitorización: capacidad para evaluar el desarrollo de una tarea antes de llegar a su final y así corregir errores por el camino para alcanzar correctamente el objetivo.
  • Inhibición: capacidad de interrumpir un hábito ante imprevistos.

Las funciones ejecutivas han sido muy estudiadas en el campo de la neuropsicología especialmente en personas con TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), TEA (trastorno del espectro autista) o personas con daño cerebral a menudo causado por accidentes. En los últimos años se está investigando también la relación entre las funciones ejecutivas y la sordera.

Si quieres saber más sobre las funciones ejecutivas, visita éste enlace.

Si enseñas a un niño o a una niña a hacer un avión de papel y se enfada si se equivoca
al hacerlo, puede que esté relacionado con las funciones ejecutivas.

42 niños/as sordos/as y 45 niños/as oyentes

Los dos grupos estudiados tenían características muy similares: entre 5 y 12 años de edad, similar proporción de niñas y niños en cada grupo, y provienen de familias de ingresos económicos y nivel de estudios similares. Todas las niñas y niños sordos tienen un grado de sordera severa o profunda sin ninguna discapacidad adicional, estuvieron expuestos a la lengua de signos desde su nacimiento y asistieron a escuelas bilingües en lengua de signos americana e inglés.

Para el estudio, se utilizó el conocido cuestionario de "Evaluación Conductual de la Función Ejecutiva", BRIEF. Algunas investigaciones anteriores habían presentado como resultado que los/as niños/as sordos tenían problemas cognitivos o conductuales asociados a la función ejecutiva, lo que hacía pensar que la sordera era la causa de los problemas de desarrollo de la función ejecutiva.

Sin embargo, ninguna de estas investigaciones previas se había llevado a cabo con niños/as sordos/as expuestos a la lengua de signos desde el nacimiento.


Diane Lillo-Martin es profesora investigadora de la Universidad de Conneticut
y una de las autoras de esta investigación (foto: Peter Morenus)

Conclusiones

Esta es la primera investigación que se lleva a cabo con niños/as sordos/as signantes desde el nacimiento y el resultado fue que los investigadores no encontraron ninguna diferencia significativa en las funciones ejecutivas entre el grupo de niños/as sordos/as y el grupo de oyentes. Es más, la única diferencia encontrada entre ambos grupos fue que unos/as pocos/as niños/as sordos/as obtuvieron mejores resultados en la función ejecutiva que los valores normales del grupo oyente.

Por lo tanto, esta investigación evidencia que la sordera no es la causa de problemas de función ejecutiva en niños/as sordos/as, sino que lo es la ausencia de un lenguaje de comunicación. Los investigadores sugieren que la exposición temprana a la lengua de signos jugaría un papel protector.



Fuentes:

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