Qué porcentaje del habla puede entenderse con lectura labial

No importa el tiempo que pase, hay algunas preguntas que se repiten hasta la saciedad y para las que nadie suele tener una respuesta satisfactoria. Una de ellas es qué porcentaje del habla puede entenderse con la lectura labial. Es muy difícil responder porque depende de muchos factores que intentarán explicarse en este post.

Fragmento de la obra "Las bodas de Caná", del pintor italiano Paolo Veronese. ¿Te habías dado cuenta de que, en la mayoría de las pinturas antiguas que muestran actividades sociales, las personas casi siempre tienen la boca cerrada?


Cuestiones preliminares

Antes de meternos de lleno en el tema, hay dos cuestiones importantes que deben tenerse en cuenta. La primera es que podría distinguirse entre la lectura labial y la denominada lectura labiofacial*. La lectura labial intenta una comprensión del habla exclusivamente visualizando la boca, el movimiento de los labios y la lengua, mientras que la lectura labiofacial tiene en cuenta también la información que aporta la expresión de la cara. En la práctica, la gente suele referirse a ambas indistintamente con el mismo significado.

La segunda es que apenas hay estudios en español. Casi todos los estudios son en inglés, pero no todos los idiomas se articulan fonéticamente igual. Por ejemplo, en inglés hay 20 sonidos sonidos vocálicos (12 vocales puras y 8 diptongos), lo que puede dificultar la lectura labial, por ejemplo, para diferenciar entre /ɪ/ en ship (barco) e /iː/ en sheep (oveja).

Santiago Monreal ya señalaba hace más de 30 años lo siguiente:

Muchos fonemas distintos se articulan con idénticos movimientos labiales y otros fonemas ni siquiera pueden verse. Así, pues, ciertos sonidos, v.gr.: /p-b-m/ o /t-d-n/, tienen formas casi idénticas en los labios, o al menos tan similares que la lectura labial se hace muy difícil. Esto quiere decir que si al sordo profundo se le dice papá, mamá o baba, fuera de contexto, tendrá que adivinar qué consonante ha sido dicha con riesgo de acertar una de cada tres veces, o sea, el porcentaje atribuido al azar.

En este sentido, actualmente se diferencia entre los fonemas y los visemas: el primero es el sonido más pequeño que sirve para distinguir palabras entre sí, mientras que el visema son "visualizaciones" de los sonidos. Suele haber muchos más fonemas que visemas y varios fonemas pueden corresponder a un único visema. Por ejemplo, los fonemas /p, b, m/ tienen el mismo visema: /p/. Siguiendo con el ejemplo del inglés, en este idioma hay aproximadamente tres veces más fonemas que visemas.

* En inglés puede distinguirse entre lip reading, speech reading y face reading.

Exitosa campaña de posters lanzada hace algunos años por la ONG británica Action Deafness. De izquierda a derecha: no puedo oirte si te tapas la boca, no puedo oirte si no me miras a la cara, no puedo oirte si murmuras, que hable una sola persona a la vez


Factores que influyen en la lectura labial

Como adelantamos al comenzar este post, la lectura labial depende de muchos factores, entre ellos:

  • Condiciones de visualización: es decir, que no haya elementos que dificulten la visión de la cara y la boca, como una mala iluminación, el movimiento (por ejemplo, caminando o moviendo la cabeza mientras habla) u objetos que tapen la cara.
  • Contexto o circunstancias personales: una misma persona puede tener mayor o menor dificultad en la lectura labial dependiendo del contexto. Por ejemplo, resulta más difícil iniciar la lectura labial si no se conoce el contexto o quizá determinados temas pueden ser menos conocidos: no es lo mismo intentar una lectura labial sobre una conversacion cotidiana que sobre un discurso político.
  • Circunstancias personales: tal vez la propia circunstancia personal haga sentir a una persona sorda más o menos incómoda para realizar la lectura labial. Por ejemplo, en función de su estado emocional, como cuando se encuentre nerviosa por cualquier motivo, o en función de su estado de ánimo, cuando se encuentre cansada, estresada o soñolienta.
  • Dominio de la lengua: no todas las personas sordas tienen el mismo dominio del español. La privación del lenguaje sufrida en la infancia por muchas personas sordas conduce a un menor conocimiento funcional de la lengua y, en consecuencia, no puede leerse labialmente lo que no se conoce.
  • Familiaridad con el hablante y estilo del habla: no todas las personas oyentes hablan igual, algunas son más expresivas que otras o vocalizan de diferente manera. Además, si es una persona con la que tratan habitualmente, su estilo del habla será más familiar y la lectura labial más fluida.
  • Habilidad personal: la habilidad en la lectura labial varía en cada persona sorda aunque todos los demás factores sean los mismos o que hayan recibido el mismo entrenamiento oral.

Las investigaciones de las que se extraen los porcentajes de comprensión del habla con lectura labial en los siguienes apartados se llevaron a cabo en condiciones idóneas, con buenas condiciones de visualización, ambiente relajado y estilo de habla estándar. Todas estas condiciones casi nunca se dan a la vez en la vida real, por lo que es muy probable que el porcentaje de lectura labial sea diferente.

Dicho todo esto, empecemos en los siguientes apartados con los porcentajes encontrados en la investigación.

Vídeo muy interesante sobre la lectura labial realizado por National Geographic, con casi 4 millones de reproducciones


Porcentaje de palabras comprendidas

Algunos estudios muestran que las personas sordas comprenden, en promedio, entre un 30% y un 44% de las palabras mediante lectura labial en condiciones generales, aunque el porcentaje puede ser menor o mayor en función de los factores que hemos visto arriba (Bernstein et al., 2000; Fernandez-Lopez et al., 2017).


Influencia del contexto y tipo de palabras

Un estudio de 1976 por Erber y McMahan, aunque muy antiguo, es muy interesante porque muestra que es más fácil entender palabras sueltas que frases completas. El estudio mostraba que se entendía hasta un 80% de las palabras sueltas frente a un 46% de las frases.

Hay que tener en cuenta que el estudio se llevó a cabo con niños/as con sordera profunda de 13 a 16 años de edad educados en programas oralistas. Los sustantivos animados (por ejemplo, bird = pájaro) se entendieron mejor que los sustantivos inanimados (p.ej., ball = pelota).


Con ayuda auditiva

La combinación de información auditiva y visual, ya sea por la presencia de restos auditivos, ya sea por el uso del audífono o el implante coclear, suele ayudar en la lectura labial. Esto es así porque el esfuerzo necesario para comprender el habla puede ser menor, ya que una parte de la información llega auditivamente, especialmente en sonidos fuertes como las vocales.

Algunos estudios en personas adultas con sordera moderada o severa muestran que, en este caso, la comprensión puede llegar hasta el 80% de precisión en el reconocimiento de palabras (Tye-Murray et al., 2007; Moody-Antonio et al., 2005). Es importante tener en cuenta que:

1. El porcentaje del 80% es el máximo alcanzado, esto no quiere decir que cualquier persona con audífono o implante coclear alcance automáticamente este porcentaje, sino que dependerá de la calidad de la información auditiva y de todos los factores que hemos visto arriba. Por ejemplo, se ha demostrado una alta variabilidad en la comprensión del habla mediante implante coclear y por razones desconocidas.

2. En estos estudios se probó la comprensión de palabras sueltas, no de oraciones o discursos completos.

Existen apps para el entrenamiento autodidacta de la lectura labial, como Lip Reading Academy


Personas sordas vs personas oyentes

Por último, quizá tengas curiosidad por saber qué porcentaje del habla pueden comprender las personas oyentes mediante lectura labial.

Una interesante investigación de Auer Jr. y Berstein en 2007 mostró que mientras que las personas sordas entendieron alrededor del 43% del habla solo visualmente, las personas oyentes comprendieron mucho menos al no estar acosumbradas y depender exclusivamente de los visemas: aproximadamente un 19%.


Resumen

La lectura labial permite comprender entre el 30% y el 46% del habla, aunque este porcentaje depende de diversos factores, como las condiciones de visualización, el contexto, las circunstancias personales, el dominio de la lengua, la familiaridad con el hablante y la habilidad personal. En algunos casos, este porcentaje puede ser mayor cuando se acompaña de informacion auditiva, cuando se tiene restos auditivos o se usa audífono o implante coclear.

Leer los labios es como montar un puzzle sin todas las piezas. Ha habido momentos en los que me he preguntado por qué intento leer los labios cuando podría utilizar la lengua de signos (Rachel Kolb).




Fuentes:

  • Auer Jr, E. T., & Bernstein, L. E. (2007). Enhanced visual speech perception in individuals with early-onset hearing impairment. Journal of Speech, Language, and Hearing Research, 50(5), 1157-1166.
  • Bernstein, L. E., Tucker, P. E., & Demorest, M. E. (2000). Speech perception without hearing. Perception & psychophysics, 62(2), 233-252.
  • Erber, N. P., & McMahan, D. A. (1976). Effects of sentence context on recognition of words through lipreading by deaf children. Journal of Speech and Hearing Research, 19(1), 112-119.
  • Fernandez-Lopez, A., Martinez, O., & Sukno, F. M. (2017, May). Towards estimating the upper bound of visual-speech recognition: The visual lip-reading feasibility database. In 2017 12th IEEE international conference on automatic face & gesture recognition (FG 2017) (pp. 208-215). IEEE.
  • Torres, S. (1991). La palabra complementada (cued speech). De la percepción visual del habla a la comprensión y producción de la palabra. Culture and Education, 3(10), 71-84.
  • Moody-Antonio, S., Takayanagi, S., Masuda, A., Auer Jr, E. T., Fisher, L., & Bernstein, L. E. (2005). Improved speech perception in adult congenitally deafened cochlear implant recipients. Otology & neurotology, 26(4), 649-654.
  • Tye-Murray, N., Sommers, M. S., & Spehar, B. (2007). Audiovisual integration and lipreading abilities of older adults with normal and impaired hearing. Ear and hearing, 28(5), 656-668.

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