Todo lo que aún no sabías sobre el implante coclear Parte 1 | Parte 2 | Parte 3 | Parte 4 | Parte 5 | Parte 6 | Parte 7 | Parte 8
¿Cuánto cuesta el implante coclear?
Aunque el coste de la intervención quirúrgica y primer implante coclear está cubierto por el Sistema Sanitario Español (por la Orden SSI/1356/2015), parece que hay numerosos costes económicos que no están cubiertos o no se cubren de forma equitativa dependiendo del lugar en el que viven, como se ha denunciado en varias ocasiones en prensa (ver, por ejemplo, aquí).Dejando al margen los costes de rehabilitación funcional del habla (que son cuantiosos), los costes de los componentes externos del implante coclear pueden ser inasumibles para algunas familias a lo largo de la vida de un/a niño/a hasta que llega a ser económicamente independiente. La página web del centro auditivo Gaes informa de los siguientes precios en su página web (a fecha de publicación de este artículo):
- Bobina para distintas marcas y modelos de procesador: entre 139 y 229 euros.
- Cable para la bobina: entre 123 y 191 euros para distintas prestaciones.
- Batería recargable: 205 euros.
Las familias informan que, debido a las frecuentes reparaciones y actualizaciones, desembolsan una media de 1.500 a 2.000 euros anualmente. Teniendo en cuenta que el implante coclear es una tecnología que, como cualquier otra, se queda obsoleta y es susceptible de necesitar ajustes, en el caso de necesitar cambiar el procesador externo, éste puede costar entre 7.000 y 11.000 euros según la marca y modelo.
Algunas familias se lo pueden permitir sin dificultad, otras tienen que recurrir a préstamos o al apoyo familiar, pero las familias con bajo nivel adquisitivo o con escasos recursos económicos tienen que considerar si pueden asumir estos costes.
¿Existen riesgos para la salud?
La respuesta corta es: sí, aunque los riesgos sean menores, existen. A continuación la respuesta larga.Es justo empezar reconociendo que algunas creencias sobre las complicaciones médicas por el implante coclear han sido completamente infundadas. Así, por ejemplo, popularmente se ha creído que existe una alta incidencia de parálisis facial cuando las investigaciones demuestran que la incidencia es realmente baja:
- En una investigación sobre 705 personas (niños/as y adultos) que recibieron el implante coclear entre 1980 y 2002 en Estados Unidos, solo un 0,71% sufrieron debilidad del nervio facial y todas ellas recuperaron la movilidad después de tratamiento [2].
- Un estudio más reciente de 2012 analiza los resultados de 888 intervenciones de implantación coclear (282 niños/as y 606 adultos) entre 1990 y 2010, resultando que solo hubo un 1,1 % de casos de parálisis del nervio facial y en todos los casos se recuperó con tratamiento en un máximo de seis meses [7].
Por lo tanto, algunos miedos no tienen ningún fundamento real. Sin embargo, la implantación coclear, como cualquier cirugía, tiene unos riesgos. Estos son algunos de los estudios localizados en revistas científicas
Año | Muestra | País | Complicaciones |
---|---|---|---|
2008 [8] | 500 personas (178 adultas y 322 niños/as) | Estados Unidos | 16% de complicaciones: fallos del dispositivo, infecciones y traumatismo craneal menor. |
2014 [1] | 403 personas (168 adultas y 235 niños/as) | Francia | 19,9 % de complicaciones: infecciones, relacionadas con el colgajo cutáneo, neurológicas, fallos del dispositivo y extracción del implante. |
2018 [5] | 1.017 personas (edad desconocida) | Irlanda | 1,7% de complicaciones mayores: desplazamiento del receptor, del estimulador interno o de los electrodos, y la otitis media recurrente (el estudio no tenía como objetivo evaluar las complicaciones menores) |
2018 [4] | 653 personas adultas | Dinamarca | 10% de infecciones, de las que el 2% fueron infecciones graves y el 8% infecciones menores (el estudio solo evaluaba la incidencia de las infecciones) |
A ello cabe añadir el metaanálisis que muestra un 9,3% de casos de vértigo después de la cirugía (es decir, 1 de cada 10 personas), indiscutible pues analiza los resultados de 116 investigaciones anteriores a 2018 de todo el mundo [3], como ya vimos en la parte 6 de esta serie de artículos.
En definitiva, los riesgos para la salud existen tanto para niños/as como personas adultas. Aunque estos riesgos son menores en comparación con otro tipo de intervenciones médicas, no aparece apreciarse una disminución en la incidencia de complicaciones con el paso de los años.
En resumen
A lo largo de esta serie de ocho artículos se han analizado los resultados de más de 40 investigaciones y otras muchas que se han quedado en el tintero pero que alargarían excesivamente esta serie. Estas son las observaciones que se pueden extraer hasta el momento:1. El implante coclear es un dispositivo que facilita enormemente la rehabilitación oral, aunque no devuelven la audición natural, sino que la simula por medios electrónicos (parte 1).
2. La percepción de la música a través del implante coclear es deficitaria, en especial en la percepción del tono, la melodía y el timbre (parte 2).
3. El implante coclear por sí solo no resuelve los posibles problemas psicosociales y los/as niños/as presentan una mayor dificultad en el reconocimiento de las emociones a través de la expresión facial (parte 3).
4. La aparición del implante coclear en los años 90 han favorecido un gran salto cualitativo en la rehabilitación de las funciones orales y auditivas de los/as niños/as sordos/as, pero no han avanzado desde entonces en la mejora de las habilidades lectoras. Las principales dificultades se encuentran en la producción de oraciones complejas, en el reconocimiento de palabras funcionales y en el conocimiento de vocabulario (parte 4).
5. Diversas investigaciones apuntan a que los/as niños/as sordos/as con implante coclear acusan mayores niveles de fatiga por la atención continuada al habla y sus familias tienden a no apreciar la importancia real de esta fatiga (parte 5).
6. Todas las investigaciones señalan que el implante coclear puede causar alteraciones en la percepción del equilibrio, problemas de control postural y la aparición de vértigo, si bien la mayoría de estas investigaciones indican que pueden mejorarse mediante rehabilitación o reeducación (parte 6).
7. En cuanto a la atención auditiva y visual, existen importantes dificultades en el reconocimiento de las emociones en la voz y en el mantenimiento de la atención visual (parte 7).
8. Por último, el implante coclear tiene unos costes de mantenimiento y unos riesgos para la salud que, aunque menores, no deberían ser desconocidos para las familias (esta parte 8).
Conclusión
Aunque las siguientes palabras fueron escritas por el prestigioso psicólogo francés Benoît Virole dijo en 2004 [9], lo cierto es que, como hemos visto a lo largo de esta serie de artículos, la situación no ha mejorado sustancialmente desde los primeros implantes cocleares en los años 90, por lo que sus palabras siguen estando vigentes:Los implantes no le proporcionan al niño sordo las condiciones mínimas para un desarrollo normal del lenguaje en los tres o cuatro primeros años de su vida, independientemente de la precocidad del implante y de la calidad de la reeducación. Así, volvemos a enfrentar el problema del déficit de lenguaje en el niño sordo, cuyos efectos negativos sobre el desarrollo general son dramáticos, pero que lamentablemente con demasiada frecuencia son banalizados por los profesionales y los padres atrapados en el ideal oralista. [...] Si la naturaleza favorece, desde el momento en que se instala una sordera profunda temprana, el desarrollo ultrarrápido del lenguaje gestual, no es por fastidiar a los profesionales oralistas del campo de la sordera, ni para destruir sus ideales. No se trata de una malversación ni una monstruosidad. Es la respuesta biológica de adaptación a una situación clínica determinada.
Quizá es ha llegado el momento de tender puentes en lugar de enfrentar estérilmente a la lengua de signos con la lengua oral en cualquiera de sus tecnologías de apoyo, ya sea el audífono en el pasado, el implante coclear en el presente o cualquier otra en el futuro. Esta serie de artículos era necesaria para darse cuenta de que el implante coclear no resuelve todos los desafíos a los que se enfrenta un/a niño/a sordo/a pero, como quiera que tampoco conocemos exactamente los mecanismos internos por los que la lengua de signos favorecen el desarrollo oral, parece que lo más inteligente es trabajar juntos de la mano hacia una educación bilingüe en lengua de signos y lengua oral.
Los principales retos para el futuro
Un reciente artículo en 2017 de diversas universidades en Estados Unidos resume de forma muy concisa los principales retos para el futuro del implante coclear [6]. Los autores señalan primero lo siguiente:Desafortunadamente, aunque muchos pacientes con implante coclear muestran beneficios sustanciales en el reconocimiento del habla y la comprensión del lenguaje hablado después de la implantación coclear, un gran número de pacientes logran resultados deficientes. Comprender y explicar las razones de los malos resultados después de la implantación es un problema de investigación muy difícil que ha recibido poca atención a pesar de la apremiante importancia clínica
Por ello, los autores citan tres retos para los próximos años basándose en los conocimientos que se tienen hasta ahora de las investigaciones:
1. Conocer las causas "que son responsables de las enormes diferencias y variabilidad individual en los resultados".
2. Descubrir los factores que puedan predecir los resultados de la implantación, de manera que pueda identificarse previamente a la implantación y con confianza a los/as candidatos/as que pueden estar en alto riesgo de un mal resultado.
3. Qué hacer con las personas que obtienen un mal resultado después de la implantación.
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Fuentes:
- Farinetti, A., Gharbia, D. B., Mancini, J., Roman, S., Nicollas, R., y Triglia, J. M. (2014). Cochlear implant complications in 403 patients: comparative study of adults and children and review of the literature. European annals of otorhinolaryngology, head and neck diseases, 131(3), 177-182. En línea: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S187972961400009X [último acceso: 03/01/2019]
- Fayad, J. N., Wanna, G. B., Micheletto, J. N., y Parisier, S. C. (2003). Facial nerve paralysis following cochlear implant surgery. The Laryngoscope, 113(8), 1344-1346.
- Hänsel, T., Gauger, U., Bernhard, N., Behzadi, N., Romo Ventura, M. E., Hofmann, V., ... y Coordes, A. (2018). Meta‐analysis of subjective complaints of vertigo and vestibular tests after cochlear implantation. The Laryngoscope.
- Olsen, L. B., Larsen, S., Wanscher, J. H., Faber, C. E., y Jeppesen, J. (2018). Postoperative infections following cochlear implant surgery. Acta oto-laryngologica, 1-5.
- Petersen, H., Walshe, P., Glynn, F., McMahon, R., Fitzgerald, C., Thapa, J., ... y Viani, L. (2018). Occurrence of major complications after cochlear implant surgery in Ireland. Cochlear implants international, 19(6), 297.
- Pisoni, D. B., Kronenberger, W. G., Harris, M. S., y Moberly, A. C. (2017). Three challenges for future research on cochlear implants. World Journal of Otorhinolaryngology-Head and Neck Surgery, 3(4), 240. En línea: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S209588111730149X [último acceso: 08/01/2019]
- Thom, J. J., Carlson, M. L., Olson, M. D., Neff, B. A., Beatty, C. W., Facer, G. W., y Driscoll, C. L. (2013). The prevalence and clinical course of facial nerve paresis following cochlear implant surgery. The Laryngoscope, 123(4), 1000-1004.
- Venail, F., Sicard, M., Piron, J. P., Levi, A., Artieres, F., Uziel, A., y Mondain, M. (2008). Reliability and complications of 500 consecutive cochlear implantations. Archives of Otolaryngology–Head & Neck Surgery, 134(12), 1276-1281. En línea: https://jamanetwork.com/journals/jamaotolaryngology/fullarticle/409607 [último acceso: 03/01/2019]
- Virole, B. (2004): "Implantation cochllaire et langue des signes: une cohérence fondatrice". En Gorouben, M. y Virole, B. (2004). Le bilinguisme, aujourd'hui et demain: Actes de la journée d'études et de recherches sur la surdité du 23 novembre 2003, Paris. CTNERHI. 165-188
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